martes, 5 de mayo de 2009

El campeón defenderá su corona

El defensor de la Copa de Europa Manchester United arrollador y más favorito que nunca, hizo añicos en el Emirates el perenne sueño europeo de un Arsenal impotente, al que sentenció ya en el primer tiempo y aplastó por un 1-3 que lleva al campeón directo a otra final de la UEFA Champions League.
La solidez, la efectividad, la magia que han coronado las últimas temporadas al once de Alex Ferguson dieron pocas opciones a su anfitrión. El líder de la Premier anuló de un plumazo, y en menos de un cuarto de hora, cualquier intento de su rival por hacer burla a los pronósticos.
Esta vez no funcionaron el entusiasmo, las ganas y la combinación de talento y juventud de la que tanto presume su "míster" francés, Arsene Wenger. El Arsenal no pudo con un United que marcó el tempo desde el arranque; que esgrimió sin mácula sus armas más poderosas y que silenció las gradas con las estocadas milagrosas de sus "Ronaldos" y sus "Rooneys". Sus inagotables recursos.

Wenger ordenó a su joven artillería en un 4-3-2-1 que salió enfilada a la meta de Van Der Sar desde el silbato inicial. Los Gunners tuvieron un arranque prometedor. Centrados, confiados, se hicieron con la pelota -al menos momentáneamente-, mientras un United templado aguardaba su momento.

Y llegó, sin tardar demasiado. En cuestión de instantes, el Manchester neutralizaba la energía de su anfitrión.
El Arsenal, un club que atraviesa en la Premier un momento dulce, con 21 partidos sin perder -y en Europa, hasta este martes, llevaba 24 encuentros invicto como local- encajaba un doloroso revés a los 8 minutos de partido.

Un fallo defensivo de los locales -un resbalón del joven zaguero Kieran Gibbs- empujó al equipo del escocés Alex Ferguson a ponerse por delante. Aprovechó la coyuntura en la zaga el letal Cristiano Ronaldo, con un balón que remató desde dentro del área pequeña del coreano Ji-Sung Park. Un mazazo importante para la formación de Wenger, consciente en todo segundo de su imperiosa necesidad de remontar.

Ni hubo tiempo para reponerse del susto. Ronaldo iba lanzado y ahora le llegaba su turno de contribuir al marcador.

Sin esperar más de tres minutos, el portugués arremetió con un impresionante golpe franco ante el que poco pudo hacer cancerbero español del Arsenal, el mismo Manuel Almunia que evitó una sangría en Old Trafford en la ida, y que ahora se veía desbordado ante los embates continuados del United.
El goleador luso batió al portero local sin mucho problema y añadió más miseria a la situación -ya nefasta- en la que se había metido el Arsenal en poco más de diez minutos de partido.

De poco servía el empeño del punta Emmanuel Adebayor por nivelar el partido para la escuadra local si el togolés se topaba con la solidez férrea del central Rio Ferdinand (recuperado de sus problemas físicos); o las internadas de Theo Walcott, que en el minuto 23, tras coordinarse con el francés Samir Nasri centraba la pelota a la portería de Van Der Sar, si aparecía su eficiente compatriota del United, Patrice Evra para despejar su amago sin casi inmutarse.

Este martes, al Arsenal tampoco le salvó la visión de juego o el temple desde el medio campo de su capitán español, un Cesc Fábregas que se quedó sin final europea.

A cada movimiento gunner, el Manchester replicaba con mayor contundencia: bien con un tiro a meta peligroso del internacional Wayne Rooney; o con una jugada en solitario del imparable Cristiano Ronaldo, que automáticamente generaba tensión entre el muro de contención londinense.

El paso por vestuarios no mejoró el destino de un Arsenal cada vez más alicaído, más rendido ante la evidencia y sabedor de que los minutos se agotaban para desplegar la hazaña que le salvaría de la eliminación.

Ronaldo volvió a plantar cara al español Almunia, que abortó con una estirada notable otro centro a meta del portugués nada más empezar el segundo tiempo.

La pesadilla del Arsenal continuó. Y el artífice de los peores sueños del equipo del disciplinado Wenger, prácticamente rendido a lo evidente, fue, otra vez, Ronaldo, omnipresente en esta semifinal, que remató con éxito una jugada comenzada por Park, que pasó por Rooney y desembocó en el jugador luso.

Con la semifinal enfilada, Ferguson se curó en salud y sustituyó a Rooney -quien ya tenía una amarilla y corría el riesgo de quedar fuera de cara a la final- por el búlgaro Dimitar Berbatov a los 66 minutos.
Una entrada en el área de Darren Fletcher, del United, sobre el capitán gunner, Cesc Fábregas, costó la expulsión por roja directa al escocés, minando numéricamente la formación de Ferguson, y concediendo un penalti al Arsenal, que transformó en el minuto 76 el holandés Robin Van Persie, recuperado de una baja tras cuatro partidos de ausencia.

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